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La incidencia del racismo estructural en las 
 

comunidades étnicas en Colombia
 

En las vidas de las comunidades NARP (Negras, Afrodescendientes, Raizales y Palenqueras) siguen presentes las secuelas de un racismo estructural que atraviesa las vidas negras.

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Cuando nos mencionan el término racismo, tal vez nuestra primera noción se remita a la abolición de la esclavitud en Colombia, que se dio hace más de 150 años bajo la ley 2 de 1851, pero cuando nos establecemos en el punto de un racismo estructural, nos referimos a un sistema de discriminación estructural que construye condiciones materiales e inmateriales que colocan a sujetos en condiciones inferiores e ideologiza esa desigualdad. Por ello funciona como un mecanismo piramidal pigmentocrático que se establece desde nuestros tiempos de colonización, el cual establece un marco de desarrollo en el que lo blanco representaba un máximo punto de realización y lo negro e indígena estaba una escala mínima de inferioridad que hasta nuestros días cobra factura en la vida de las personas racializadas.

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Referentes estigmatizados y estereotipos exacerbados: la cultura negra vista desde lo hegemónico


El racismo estructural funciona también como un sistema de mercado como que permite que se regulen y se puedan administrar las funciones de cada individuo, nuestro propio tejido social se articula con base a unas ideologías que están respaldadas por los estereotipos de lo que concebimos de lo exitoso y estas ideas se multiplican de diversas formas en nuestras formas de consumo.

Hagamos un pequeño ejercicio y pensemos qué tipo de roles cumplen las personas negras que han aparecido en los medios de comunicación que más consumimos. Cuáles son los personajes de nuestra infancia que son negros y qué es lo que hacen dentro de la serie o programa en la que están inmersos. Con ello nos hacemos una idea de cuáles son las funciones o roles que se le asignan desde un estereotipo que funcionan como predisposiciones raciales hacia la población.

¿Cómo funcionan estas predisposiciones y por qué es importante alejarnos de ellas?
Si lo analizamos desde la mecánica de mercado, resulta importante porque permea absolutamente todos los espacios de nuestra sociedad, están impregnados desde las ideas culturales que nosotros consumimos y que traducimos a un lenguaje universal que asumimos como lo real. Por eso, aunque nosotros no conozcamos un musulmán, ¿cuál es la primera idea que se nos viene a la cabeza sobre ellos? (…) ¡Exacto, así funcionan!

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Estas ideas actúan de forma reduccionista y encasillan en términos precisos a una población o conjunto de personas, disponiendo de un deber ser y alejándolos de una construcción de identidad propia para el mantenimiento de unos ideales culturales que posicionan lo blanco en una posición de privilegio. Esta dinámica actúa no solo en un ámbito discursivo y cultural, también atraviesa otros ámbitos como el mercado.

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Las brechas socioecónomicas de la población NARP

La discriminación racial antecede todos los espacios y esferas sociales en los que un individuo negro pueda habitar. Desde su ubicación geográfica hasta su posibilidad de acceso a la universidad están atravesadas por una dinámica de mercado antecedida por una ideología racializada.

Un estudio realizado por Movimiento Nacional Cimarrón: Uso de la comunicación alternativa para convertirse en un agente político y lograr un empoderamiento pacifista muestra que: “La discriminación por estereotipos de piel en países como Colombia influye en el desarrollo laboral. Se afirma que las actividades de jornaleros, campesinos o trabajadores domésticos son realizadas en su mayoría por personas de piel oscura. En Colombia con un 35 % contra el 29 % de piel clara”

Andrés Caicedo Sánchez hace mención de este hecho (click aquí para ir al podcast) cuando afirma que hay unas condiciones de desarrollo que están relacionadas con la ubicación geográfica de centro-periferia que tienen unos estándares de desarrollo diferentes.


El racismo también se traslada a nuestro lenguaje

Las opresiones o formas de violencia simbólica se edifican desde un lenguaje que se instaura de forma general entre la cultura social. Se camuflan en expresiones que permiten la reproducción de estos estereotipos en nuestra cotidianidad.

 

Bien lo decía, Edna Liliana Valencia, cuando afirmaba que estas expresiones no son meramente simples, sino que demuestran esos vestigios de racismo que aún nos acompañan.

Los llamados microracismos son expresiones instauradas en el lenguaje como una forma de “sutil y cotidiana” de asumir la identidad, expresión y concepción de un individuo. Estas expresiones como “trabajar como negro para vivir como blanco”, “negrito pero bonito”, “el negro chiviado” y otras frases que escuchamos en la cotidianidad, dan cuenta de una violencia simbólica que tiene lugar en nuestro vocabulario.

 

Queremos saber tu opiniòn sobre el tema, da click en la siguiente frase para responder la pregunta ¿Ha escuchado comentarios racistas o expresiones durante su vida como dichos o frases típicas dentro de su grupo social?




 

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